lunes, 16 de abril de 2018

RESUMEN OBSERVA_ACCION EN CANADÁ MARTA APARICIO

Terminé mi estancia allí de la mejor manera posible. El último día en el colegio fue muy especial; almorzamos todos los profes juntos, y les hice una presentación, acerca de nuestro colegio, nuestro estilo de vida y costumbres, nuestra forma de trabajo…Todos disfrutaban mucho, me hacían un montón de preguntas, querían saber. Intenté explicar todo lo que había podido aprender comparando nuestras culturas.

Además; el hecho de que Michelle fuera a venir en apenas unos días, les hacía tener aún más curiosidad acerca de lo que ella iba a vivir aquí.

Me despedí de alumnos y profes, entre abrazos y un montón de planes para conectar nuestras escuelas, seguir en contacto y volver a vernos seguro. La despedida fue muy especial. Me hicieron regalos preciosos; aunque el mejor regalo sin duda, fue sentir la buena gente que había tenido la oportunidad de conocer. Creo que en este tipo de experiencias exprimes tanto cada sensación, que al marcharte te vienes llena de todo lo mejor.

Lo mismo me pasó con amigos y familiares, el fin de semana lo dedicamos a despedirnos de todos. Había llevado algunas cosas de aquí; y con lo que compré allí, el último día preparé una cena española para sus padres, su marido y su hija. Fue muy divertido, todos disfrutaron mucho de la preparación y les encantó nuestra comida. Ninguno había estado aquí antes y alucinaron con las cosas tan ricas que tenemos.

La despedida con Michelle fue menos amarga; el hecho de saber que nos íbamos a ver en apenas unos días, hacía que nos sintiéramos raras, pero no tristes.

Las sensaciones que tienes son muy curiosas, a veces sientes que es todo muy extraño. De repente pasas a compartir 24 horas al día con una persona que no conoces absolutamente de nada, de la otra punta del mundo.

Conectas tanto con todo allí, y lo vives tan intensamente; que por un lado, las dos semanas se pasan volando, y por otro, tienes la sensación de haber estado allí mucho más tiempo.

Te despides sabiendo que aún queda parte importante de la experiencia, y su estancia en España la vives de una forma tan esperada….es como que necesitas “devolver” todo lo que te han ofrecido a ti, te sientes en deuda y quieres que todo salga fenomenal.

Por todo esto; cuando me llevó al aeropuerto; la sensación era rara, pero muy bonita. Nos despedimos con un hasta pronto (hasta muy pronto, solo pasaron 6 días entre mi llegada y la suya) y yo ya venía pensando en todo lo que quería preparar para cuando ella estuviera aquí.

Esos 6 días fueron un poco locura. Tenía muchas cosas que organizar (después de tantos días fuera de casa, siempre tienes que dedicar un tiempo a la vuelta), y en clase exactamente lo mismo. Dejé todo muy preparado; y mis compañeros, que son MARAVILLOSOS hicieron un gran trabajo por mí. Pero aun así, tenía un montón de cosas pendientes. La evaluación estaba a la vuelta de la esquina, y con toda la “resaca” de la experiencia en Canadá, me tuve que poner las pilas a tope.
Michelle llegó el lunes siguiente, y puedo decir que disfrutamos de su estancia tanto como de la mía allí. Para mí, fue diferente, claro. No tenía la sensación de estar alucinando continuamente con todo, esto yo me lo conozco muy bien, jeje. Pero aunque fuera diferente, no fue menos bonito, para nada.
El sentimiento de gratitud es tan grande, y te ilusiona tantísimo que la otra persona disfrute tanto como tú has disfrutado…que se crea una atmósfera muy bonita, e intentas dar lo mejor de ti todo el tiempo.

Compartimos momentos muy especiales. Intentamos enseñarle lo más posible, y que nos acompañara en nuestro día a día de la mejor manera. Hicimos muchísimos planes, con amigos del colegio, con mis amigas de toda la vida, con nuestras familias...todos aquí se portaron genial con ella.

Eso es algo muy bonito también, ves que toda tu gente está feliz por ti, saben que es importante para ti, y se preocupan de que ella se encuentre lo mejor posible. Otro sentimiento precioso que despierta este tipo de experiencias J

Y si todo esto ha pasado fuera de clase; lo que ha pasado dentro, ha sido más increíble todavía.

 Mis niños estaban emocionadísimos, súper intrigados y muy nerviosos por conocerla. Desde el minuto 1 conectó con ellos muchísimo. Michelle es un encanto. Muy cariñosa, divertida, y tan amorosa con los niños, que todos estaban deseando pasar tiempo con ella. ¡No podéis imaginar lo felices que estaban!

Aprovechamos al máximo sus días con nosotros. En clase hicimos un montón de actividades, y trabajamos muy a fondo su país y cultura. Se quedó muy sorprendida de lo bien que se podían comunicar, para ser niños de tercer curso. Y cuando ves que tus niños son capaces de comprenderla sin problema, cuando los observas desde fuera, y ves que no te necesitan para traducir, que ellos mismos se apañan y se hacen entender….es alucinante.

En el colegio fueron unos días muy ajetreados, su estancia coincidió con nuestra “Semana de la Ciencia” y ella disfrutó muchísimo. Pudo visitar un montón de clases, y se sorprendió muchísimo con las cosas que nuestros niños y niñas son capaces de hacer.

Esto es algo que también me hizo sentir muy bien. Creo que la observación te ofrece; además de lo que ves en otros sitios, una perspectiva diferente de tu propio trabajo. Y eso es tan valioso como tu observación en otro lugar. Me explico.

A veces, en el día a día, no eres demasiado consciente de cómo estás haciendo las cosas. Vas a otros lugares y alucinas con lo que hacen, intentas quedarte con lo mejor que otros tienen.
Pero también necesitas que otro venga y te vea a ti también, y te diga lo mejor que ve en ti.
 En ocasiones, damos por hecho muchas cosas. Creemos que lo que hacemos no es nada fuera de lo normal, o que tampoco es “para tanto”.

 Michelle nos dijo algo que me caló un montón. “¿Recuerdas cuando hablabas de nuestra forma de trabajo, lo emocionada que estabas con todo allí? Pues yo he visto eso mismo en vuestro colegio. Eso que envidiabas tanto de nuestra escuela, lo estáis haciendo aquí. Adaptado a vuestra realidad, pero es básicamente lo mismo. “

A veces no te das tanta cuenta lo que tú puedes ofrecer. Y que alguien venga y haga que lo veas, es maravilloso.

 Y por otro  lado, es estupendo también analizar lo que cojea, siempre puedes aprender cosas nuevas que vayan implementando tu labor.

Juntas pensamos en diferentes ideas para mejorar algunos enfoques de mi clase. Preparamos material, adaptamos el que había traído de allí para poder utilizarlo con más sentido… El poder de la observación de ida y vuelta. Tienes la sensación de que no termina nunca.

                   Las dos semanas pasaron volando, y para el último día preparamos algo muy especial. Quisimos compartir la experiencia con todos los alumnos y familias de mi clase.

Yo había estado fuera dos semanas, los niños habían compartido otras dos con una persona que no conocían, y yo tenía la necesidad de contarles con detalle en qué había consistido todo.

Además, Michelle me parecía tan maja, tan buena persona y había sido tan maravilloso conocerla, que no podía no compartir todo eso con ellos.

Pasamos una tarde estupenda, hicimos una presentación de ambas estancias, les contamos lo que habíamos trabajado en clase, les enseñamos los materiales nuevos que teníamos…y luego merendamos todos juntos.

Como siempre; mis familias, aportaron un montón. Me sentí muy orgullosa, de ver lo majísimos que son, y como se portaron de bien con ella.

He tenido muchísima suerte en este sentido también. Los padres de mi clase han sido los primeros en animarme. A pesar de saber que iba a dejar mi clase durante dos semanas, se han mostrado muy ilusionados y felices por mí. Eso es algo muy grande, que me llevo también.

Y después de todo esto, llegó la despedida final. El último día en Madrid, fue muy emocionante. Ya había que despedirse del todo. Y fue triste, pero muy bonito. Abrazos sinceros y algunas lágrimas. Pero la idea de volver a vernos. Nos quedó la sensación de que aunque esta parte terminara, otra parte no había  hecho más que empezar.

 Esta experiencia ha sido el comienzo de una amistad que seguro nos traerá muchos más momentos maravillosos.

En la reflexión final, me preguntaron qué ha significado todo esto para mí. Copio literal lo que contesté.

Es tantísimo todo lo que te aporta, que resulta difícil explicarlo con palabras.

Creo que la experiencia no puede ser más enriquecedora, tienes la sensación de estar literalmente flotando con todo lo que aprendes a lo largo del proceso. En todos los sentidos.

Este tipo de experiencias te enseña a adaptarte.

Hace que te des cuenta de lo importante que es escuchar, y lo que nos ayuda trabajar codo con codo con la gente que nos rodea.

Te ayuda a mirar con perspectiva tu forma de enfrentarte a los retos; hace que enfoques todo desde otro punto de vista, aprendiendo así a valorar lo que hacen los demás, y a darle valor a lo que tú haces también.

Te abre la mente; te la da la oportunidad de conocer lugares nuevos, y gente nueva que siempre te va a aportar algo, sea lo que sea.

Te hace sentirte afortunada, y muy agradecida, por todo lo que vives. Y por eso sientes la necesidad de compartirlo con la mayor cantidad de gente posible.

Hace que te empapes de una nueva cultura, te das cuenta de lo grande que es el mundo, y la de cosas que se pueden hacer en él.  Y cuando sientes eso; se lo transmites directamente a tus alumnos, sin darte cuenta.

En definitiva, te hace dar tanto y recibir tanto...que se escapa a cualquier explicación.

Sacas lo mejor de ti; quieres compartir lo mejor que tú tienes, ya que sientes que te han dado lo mejor de ellos también. Por lo tanto; te vuelves sin querer, mucho más grande, a nivel personal, y en consecuencia a nivel profesional.

Una experiencia única.


Gracias infinitas a todos los que han hecho posible que sintiera todo esto. Es una gran oportunidad, y animo a todos a vivirla.